BIOGRAFÍA DEL MAESTRO

Compartiendo la Biografía de un Gran Maestro «Parte 7»

¿QUIEN FUE PYTHAGORAS?

del griego: PYTHIA: Sabiduría, GORAS: Revelación

Séptima Parte

Se dicen muchas cosas del Maestro de Samos…

… El aroma del transcurrir de las Edades envuelve la vida de Pythagoras, en el misterio que él amaba. Se cree que “la mujer” tuvo en su vida un papel protagónico. En sus rituales homenajeó siempre de manera especial, al Yin de la Creación de Dios, y en el útero de la mujer veía él, al “horno sagrado de la Alquimia”.

El bendito “recipiente” preparado para que en él tenga lugar la magia más perfecta de la Creación de Dios, la gestación e incubación, a partir de una diminuta célula microscópica, en lo oscuro, silencioso y recogido, en diez meses lunares, de un ser humano. En un tiempo tan rápido, que resulta totalmente desconocido para las tres dimensiones y completamente inmanejable por el hombre, en ninguno de los avances de proporciones más escalofriantes que ha alcanzado la ciencia humana.

El amigo de la Sabiduría, se preguntaba: ¿Qué misterio habrá colocado el Todopoderoso en la constitución psico-física de la mujer, para elegirla como destinataria de la posibilidad que la magia más sublime existente en la creación, la tenga como su vaso y soporte?. Aún cuando nunca sea madre, ¿qué encantamiento misterioso puso Dios en ella, ¿qué poder sublime, quizás el de recrear en amor lo ya creado por El? …..

Se dice que el comienzo de sus elucubraciones en la veneración del Sagrado Misterio de poder incubar y gestar la creación de un ser humano, en la mujer, lo empezó a elaborar Pythagoras a raíz de su venerable admiración por su madre, Pythia, llamada antes Parthenis.

Se decía de ella que era la encarnación de la sutileza espiritual y física. La flexibilidad de sus formas, igualaban a la de sus dichos y hechos. La seguridad que irradiaba su mirada, era comparable a su constante y sabio silencio compasivo. Veía en ella Pythagoras, a la Sabiduría hecha gestos, caricias y miradas justas, comprensivas, veraces y compasivas.

Así trascendió también con el fluir de los años la imagen de la esposa de Pythagoras, Theano, a quien honraba con su admiración y su palabra tan poco usada y con tanto poder en el Amor.

Durante casi cuarenta años que duró el peregrinar de Pythagoras por las fuentes del Saber de aquél entonces, contó el divino maestro con la presencia espiritual y permanente de su madre, con quien se contactaba todas las noches a través de la luna, y cuando había luna llena, ninguno de los dos dormía, sino que se ejercitaban en trasmigrar en el Alma del otro a través de la contemplación de la luna, hasta el punto deamarse y comprenderse mucho más profundamente que si se tuviesen cerca físicamente. Fue así que Pythagoras supo, paso a paso, todo lo que iba pasando en su familia, hasta conocer la hora y el día de la muerte de su padre.

Decía Pythagoras que la mujer consagrada al Bien, es un divino cáliz en el que el hombre que sabe ser humilde puede reposar en silencio su pequeñez, seguro que ella de esas “cenizas de bien”, sabrá gestar en su propio seno, su gloria y su grandeza. Así honró a Theano, maestra sabia de la escuela de Crotona, prudente mujer, hecha de luz y de ternura. Su silencio gestaba permanentemente la Sabiduría, al decir de Pythagoras, y sus dichos trascendieron al tiempo.

Honró también el Maestro la dúctil gracia de su hija, Damos, que desde pequeña se decía que, con facilidad, encarnaba al espíritu del agua y del aire, de la tierra y del fuego; también maestra de la escuela y maestra del maestro de Platón, por cuyo intermedio le llega a este filósofo, llamado en su época el primero de los pythagoricos, el “Hieros Logos”, la palabra sagrada, el único libro dejado escrito por Pythagoras.

Tal forma de honrar de manera especial lo sagrado que vive dentro de la mujer de Bien, fue heredada y cultivada por sus discípulos y por los dos hijos varones de Pythagoras. De ellos se cuenta la conmovedora anécdota que, cuando supieron que incitados por algunos nobles de la época que envidiaban a los Pythagoricos, venían ejércitos a quemar la Escuela, ellos quedaron a cargo de templar con las virtudes propias el ánimo de los perseguidos discípulos, viviendo los Principios del Bien con Fortaleza y Valentía, hasta la propia muerte… Una vez que salvaguardaron a su madre y a su hermana, junto a su padre, que con más de 100 años resplandecía en Amor y Sabiduría mucho más en cuerpo espiritual, que en cuerpo físico…

…. Fue la Escuela Pythagorica, la primer Universidad del mundo occidental (500 años A.C.), en el que la mujer estudiaba en un pie de completa igualdad con el varón, y era estimulada a reconocer y lograr expresar, el misterio sagrado de ser madre siempre, no solo de sus hijos, sino de todos y de todo…

Ame Ruiz 

 Continuará el próximo lunes…

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