BIOGRAFÍA DEL MAESTRO

Compartiendo la Biografía de un Gran Maestro… «Parte 6»

¿QUIÉN FUE PYTHAGORAS?

del griego: PYTHIA: Sabiduría, GORAS: Revelación

Sexta parte

Se dicen muchas cosas del Maestro de Samos…

… En los tiempos antiguos se hablaba del “laurel” como la primera planta… la planta del inicio de la vida… Así, se me ocurre asociar hoy a Pythagoras con el laurel… la magnificencia de su Sabiduría alumbrando como un brillante Inicio al Mundo Occidental… ¡La Fuerza de su Espíritu!, ¡su mirada!, que al decir de sus discípulos les penetraba por varias generaciones…

El que en su tiempo le llamaban “el divino”, enseñaba a liberarse de la codicia del conocimiento… Todo aquello en lo que no interviene el Amor, decía, termina en desasosiego e intemperancia… porque fatiga y desordena, pues todo lo negativo que ocurre a los seres de Luz encarnados, tiene por fuente la intemperancia…

La intemperancia sería salirse del ritmo perfecto, ni lento ni apurado en el que se mueve la Creación de Dios; sería salirse también de la ubicación perfecta, esperando además en ese sitio, lo inesperable. O sea, el colocarse en tiempos que no corresponden y en espacios que, aunque sean buenos, no son el camino personal. Encontrar el tiempo y el espacio adecuados, tendrían que ser la recta aspiración del encarnado que sabe confiar en Dios y esperar.

Se sabe que se ha encontrado esta recta aspiración porque sólo ahí, en ese tiempo y en ese espacio, la inteligencia y el corazón se sumergen en la Paz del Espíritu.

Para no caer en intemperancias y salirse del ritmo, Pythagoras decía… no te fatigues buscando el Conocimiento, no lo codicies, sino ¡ámalo!. Contémplalo todos los días, como haces con tu niño; revísalo, como el ser que ama hace con su amado. No se cansa nunca de contemplarlo, alimentando diariamente su Amor por él, porque así lo retiene en su Mente y su corazón, y siente que todo el día lo acompaña y lo alienta.

Percibe así la cercanía permanente del penetrante perfume, embriagador y cautivante, que irradia la presencia del Conocimiento dentro del ser humano. Si no se lo deja escapar y así se lo ama, esa Luz puede en ese mismo día convertirse en Energía de Virtud, que sí mueve la materia, invitando al hombre a generar conductas nuevas…

… “Y eran sus hechos igual que sus dichos”, decían aquéllos que tenían la dicha de convivir con el humilde “divino”, que jamás dejaba de llamar al “más Amado” y expresar su manso y amoroso servicio al Cristo, Mesías del Planeta, “Luz del Mundo”, único Camino, como él lo llamaba, aunque el humano no lo haya reconocido o le de otros nombres…

… En tu día busca siempre navegar a favor del Bien, decía Pythagoras, es la corriente Divina que impulsa el ritmo de toda la Creación. ¡Alíate al Bien!, y se “Manso con EL” en tu entrega diaria… Eso es la Bondad, una Fuerza poderosísima, que nada tiene que ver con la debilidad de seres humanos, con la que tantas veces la asocia la ignorancia.

También decía el humilde “divino”, que la desventura suele presentarse como “una pradera” en la que el encarnado suele sentir la tentación de quedarse y se habitúa a vivir así. ¡No aceptes el mal para quedarte en él!, decía Pythágoras, sabe que es un tránsito, un paso de un proceso que necesita de tu cambio en la actuación, para que pueda terminar en Bien y Virtud. Y, tu actuación para alejarte de esa pradera de adormecimiento en la desventura, es no separarte jamás de la VerdadÁmala, como al Conocimiento.

Lo desarmónico está fuera de la Gran Ley Universal, de ella se salen y no le obedecen el dolor, la enfermedad, la angustia, lo negativo… Sólo por Hoy, no permitas que hagan “casa en ti”, decía el divino…

Hoy se quiso asociar a Pythagoras con algunas de las Virtudes que irradiaba este gran Maestro de la Armonía, de la Paz, de la Bondad, de la Verdad, hasta el próximo encuentro:

Ame Ruiz

Continuará en el próximo lunes…

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