Compartiendo Experiencias

«Cómo Pythagoras te puede voltear de cabeza…»

Querido lector: te comparto mi experiencia ahora que ya me encuentro con los pies en el camino y viéndola hacia atrás con alegría. Sin embargo, en su momento no fue nada fácil pasar por toda esta confusión.

Yo vivía en una forma muy convencional, dedicada a mi familia y a mi trabajo profesional como psicoterapeuta. Mi atención, y gran parte de mi tiempo, los dedicaba a entrenamientos y títulos que me permitieran poder aprender más, para poder acompañar a las personas en su proceso personal a través de la psicoterapia, y seguir como docente en la institución en la que trabajaba. Soñaba con que crecieran mis hijos para poder dedicarme cada vez más a mi trabajo profesional hasta que fuera viejita. Tenía mi vida planeada, segura, y esto me hacía feliz.

Un día, una paciente, que a la larga se convirtiera en una gran amiga, me invitó a un seminario de “Amelita”; me dijo: “Dolores, yo sé   que te va a encantar”, pero en ese momento yo me encontraba estudiando una maestría y estaba saturada de grupos y pacientes. No tenía tiempo, ni ganas. Y así, cada seis meses que venía la Dra. Ma. Amelia Ruiz, “Ame”, a dar sus seminarios a México, me volvió a insistir. Hasta que en una ocasión, yo creo que más por pena que por otra cosa, le dije que sí, al fin que solamente se trataba de una conferencia de dos horas y el título sonaba interesante.

A partir de ese momento mi vida empezó a cambiar realmente. No sé lo que me pasó, sólo sé que me atrapó, que mi corazón empezó a vibrar con las palabras que escuchaba. Siguiendo mucho más a mi corazón que a mi cerebro, me inscribí al diplomado Pythagorico que se impartía semanalmente, y la próxima vez que regresara Amelita quería estar en su seminario, al cual invité a mi esposo.

Para no hacerte el cuento largo, el sueño que yo tenía, el camino que me había trazado para mi futuro, se desvaneció. Empezó a haber un choque muy fuerte dentro de mí entre lo que quería mi corazón y lo que quería mi EGO; estaba deprimida, no quería soltar la posición alcanzada que me había costado tanto trabajo y, al mismo tiempo, la vida me mostraba con obras y experiencias explícitas un sendero nuevo.

Me impactaban los cambios que se comenzaron a realizar en mi vida personal y en mi pareja, resolviéndose situaciones que no habíamos podido superar a través de la psicoterapia.

No sabía cómo podía integrar lo viejo con lo nuevo, no sabía cómo integrar la Psicoterapia con la Filosofía Pythagorica que me marcaba un camino diferente. Poco a poco fui cerrando los espacios en los que trabajaba, me sentía confundida, desorientada, hasta que un día cerré mi consultorio y pedí licencia por un tiempo para dejar de dar clases. Me dediqué a mi casa, a mi jardín, a mis plantas, a mi familia, no tenía ganas de ver a nadie.

Todo parecía más claro al alejarme de mi pequeño mundo. Mi relación con el tiempo dio un giro de 180°, de vivir bajo la presión del reloj a disfrutar, dejando que la vida me guiara al realizar un viaje hacia mi interior.

Todo cambió, y cuando te digo todo, realmente me refiero a todo TODO: veo y escucho de una manera diferente, respiro diferente, como diferente, me baño diferente, pienso diferente, hablo diferente, trabajo diferente, disfruto con cosas y situaciones diferentes, AMO diferente, me relaciono conmigo y lo que me rodea desde este maravilloso lugar que es la Filosofía Pythagorica. 

Ahora me siento satisfecha, sé que estoy en mi camino, mucho más ligera, sin tantas exigencias, viviendo y acompañando a las personas desde lo que he podido integrar del maestro Pythagoras, y estoy profundamente agradecida con todas las personas que se han cruzado en mi camino y que han contribuido para que yo viva lo que estoy viviendo ahora.      

Dolores Orozco Carrera.

One thought on “«Cómo Pythagoras te puede voltear de cabeza…»

  1. Estela dice:

    Que maravilloso , a mi también me cambió la filosofía. Fue un Abtes y un después hoy no me pierdo ningún seminario de Ame, lo más importante que aprendí fue el Perdón. Y vivir el hoy.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *